


El Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid organizó este mes un gran homenaje a Cèlia Amorós con motivo de su prejubilación. Se presentó el libro Pensar con Cèlia Amorós coordinado por Marián López Cao y Luisa Posada Kubissa (ed. Fundamentos). Cristina Molina Petit, Javier Muguerza y Fernando Quesada trazaron, sucesivamente, un perfil de su obra y su persona. Fue un acto multitudinario y muy sentido.
En los albores de la filosofía, Platón expresó elocuentemente la importancia de tener un gran maestro. También se refirió a la comunidad de varones filósofos como un mundo que favorecía la creatividad y la reflexión. Muchos siglos han pasado y las mujeres aún no tenemos consolidada esa tradición de traspaso del saber con mayúsculas. Por efecto de la exclusión, pero también del androcentrismo de la cultura, no es muy común que se reconozca a una maestra en el sentido de la excelencia con que los hombres acostumbran referirse a las figuras que marcaron su formación intelectual. Por eso me parece tan importante subrayar mi agradecimiento por el auténtico privilegio de haber encontrado a Cèlia Amorós y haber formado parte del grupo de investigación del Seminario Feminismo e Ilustración que creó y dirigió en la Universidad Complutense de Madrid. Semana tras semana, año tras año, pude escuchar sus siempre brillantes intervenciones, debatir, preguntar... y salir de esas reuniones como afirmaba el autor de La República que nos sentimos tras una animada discusión filosófica: con la maravillosa sensación de haber participado de un banquete intelectual.
Para una breve historia del Seminario que creó y una pequeña galería nostálgica de fotos de aquella época, hacer click aquí.