Tendréis que esperar doce meses para asistir a una nueva edición del European Reggae Festival. La decimoséptima cita del Rototom este año ha sido en Benicassim, a orillas del Mediterráneo. Asistí para escuchar y bailar reggae. Encontré lo que buscaba y mucho más: en pocos festivales puede disfrutarse de un ambiente tan plural, abierto a todas las edades, de gran cordialidad, calidez, respeto, inteligencia, alegría.
Porque el Rototom no es un festival cualquiera: en él, la libertad rima con la no violencia, la diversión con el pensamiento crítico, la estética con la ética. Frente a la deriva comercial y homofóbica de la cultura reggae jamaicana posterior al mítico Bob Marley, Rototom expresa claramente su reivindicación de los valores de la igualdad, la diversidad, la ecología, la educación y la paz. No me engaño, no era el paraíso ni el perfecto mundo ideal: algún presentador y algún cantante _especialmente latinos_ tendrían que recibir unas cuantas charlas sobre feminismo para no caer en lugares comunes y la organización debería hacer un pequeño esfuerzo en próximas ediciones para aumentar el número de mujeres en los espectáculos.
Dicho esto, quiero resaltar que en charlas y stands de la “non profit area” se contó con numerosas ONGs:
Pluralidad de pensamiento y pluralidad de músicas, desde el soul de Morcheeba al rai de Khaled, pasando por el super rítmico reggae de Alpha Blondy o Bob Andy, el histrionismo del incombustible Big Youth y la percusión de Samba da Rua. En total, 300 shows para vibrar y cargar energía positiva hasta la madrugada durante toda la semana.
He vuelto con el cálido recuerdo de una gran aldea pacífica y feliz por la que se podía transitar leyendo reflexiones para el cambio personal y social en improvisados murales pintados,
bailar al ritmo de los shows simultáneos, saciar el hambre en estupendos puestos de comida artesanal y ecológica, curiosear en el mercadillo de artesanías, aprender con los cursos de Tai-chi, yoga, relajación, danza africana y jamaicana, o con los documentales, conferencias y debates del espacio de
El célebre especialista en mitos Mircea Eliade analizó en muchas de sus obras la universal presencia de fiestas de renovación del año en las culturas más antiguas que se conocen. Eran festejos cosmogónicos en los que se vivía la fusión comunitaria y la superación de las normas cotidianas. Sostuvo que hay rastros de su permanencia en la época contemporánea. Su sentido profundo, afirmó, es la búsqueda de un tiempo atemporal en el que el mundo se renueva y comienza un nuevo ciclo. Propongo el Rototom como una moderna fiesta de renovación de nuestra vida y nuestro mundo. Potente sin violencia, respetuosa de las individualidades, acogedora y cordial. La repetitiva cadencia del reggae es una invitación a la suspensión de las preocupaciones y al disfrute de un presente en cierto modo eterno. Acompañada de la exhortación al pensamiento crítico y a la transformación personal y social, nos habla de otro mundo posible en el que hedonismo y generosidad pueden caminar a la par.
¡No os perdáis el próximo Rototom!
Más abajo encontraréis un enlace a la página del sitio oficial del Festival con videos. ¡A ver si os animáis y nos vemos allí en agosto de 2011!
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