28.12.12
Ciencia con conciencia: Dian Fossey
Acaba de cumplirse un aniversario más de la muerte de Dian Fossey, asesinada en Ruanda a machetazos por cazadores furtivos en 1985. La causa: haber defendido a los gorilas de montaña frente al infame tráfico de sus manos para confeccionar... ¡ceniceros de decoración!
Dian Fossey se convirtió en máxima especialista en primates a pesar de que su formación universitaria era en Terapia ocupacional. Elegida por los famosos paleontólogos Mary y Louis Leakey para un proyecto de investigación en el Congo, fue una de las mujeres que, como Jane Goodall y Biruté Galdikas, han aportado más conocimientos a la etología contemporánea, realizando su estudio con objetividad pero también con profundo amor, hasta el punto de poner en peligro su vida al enfrentarse a cazadores, guardias, autoridades, costumbres crueles e intereses económicos. La Universidad de Cambridge le concedió el doctorado por sus trabajos de campo en 1976. Fossey narró su experiencia en el libro Gorilas en la niebla. Tres años después de la muerte de la autora, una excelente película con el mismo título inspirada en el libro y en su vida era rodada por Michael Apted con Sigourney Weaver encarnando a Dian Fossey (Gorilas en la niebla (1988), título original Gorillas in the Mist: The Story of Dian Fossey) .
Las tres primatólogas se alejaron del paradigma de Bacon resumido en la idea de "torturar a la Naturaleza para que libre sus secretos". Las tres compartieron una actitud científica que no menosprecia la empatía, sino que, por el contrario,la reconoce como componente ético y factor de éxito en el proceso de investigación. Por ello, podemos decir que su praxis corresponde al nuevo modelo epistemológico preconizado por el ecofeminismo.
¡Que tengas larga vida en nuestra memoria genealógica, valiente Dian Fossey!
20.9.12
William Blake: mística y emancipación de las mujeres
Entre dos sesiones de un congreso y a todo correr, como suele ser habitual en nuestras vidas, el otro día me permití el lujo de hacer un paréntesis estético y dedicar un par de horas a la muestra de obras de William Blake (1757-1827) que tiene lugar en Madrid en estas semanas. Extraño artista, entre el arte naïf y el simbolismo, este poeta y pintor místico perteneció al círculo de los radicales ingleses, intelectuales fascinados por la Revolución Francesa. La inspiración religiosa de Blake y las características diferenciales de los radicales ingleses con respecto a sus vecinos del otro lado del canal de la Mancha pueden comprenderse en parte si consideramos que fue un sermón del pastor unitario Richard Price, On the Love of Country, la chispa que inició en 1789 el debate sobre la libertad civil y religiosa instaurada por los revolucionarios franceses en 1789. Para Price, como para Thomas Paine o Mary Wolstonecraft, la Revolución Francesa mostraba la posibilidad de perfeccionamiento del mundo.
Además de este breve encuentro entre el pensamiento feminista y el arte de Blake, lo que más me ha gustado de lo expuesto ha sido la belleza del trabajo minucioso de una serie de grabados increíblemente pequeños y las resonancias prerrafaelitas y simbolistas avant la lettre de La noche de júbilo de Enitharmon.
Para las visitas guiadas, llegar con media hora de anticipacion e inscribirse en recepción.
17.7.12
Cuando "el lector" se transforma en lectora
Verano, vacaciones en el hemisferio norte. En un momento u otro queremos “desconectar” y “cargar las pilas”, lo cual incluye para mucha gente dedicar más tiempo a la ficción literaria. De ahí que proliferen los artículos sobre lectura y “lector” en periódicos y revistas culturales. La sufrida lectora ha de conformarse con el sustantivo masculino que _ dicen_ representa a todo el mundo. Sin embargo, cabe la duda, sobre todo cuando en uno de esos artículos, de dos páginas completas de periódico, y dirigido a “Usted”, “el lector” o “escritor”, sólo aparece la lectora en una frase cuyo tono suena despectivo. Refiriéndose a los cambios históricos en la manera de leer, el articulista afirma: “Las cosas cambiaron: los soportes para la escritura (arcilla, huesos, papiro, pergamino...); el tipo de lector (desde los sumos sacerdotes a esa señora del metro) y también los escritores... El cambio llevó siglos, pero ahora, en el breve espacio de una vida humana, la de usted, todo vuelve a cambiar.” (*) A partir de ahí, el artículo se dedica a exponer la transformación de los hábitos de lectura inducidos por la revolución digital y sus consecuencias inexorables en la creación literaria: predominio de novelas de consumo que cuentan historias sin calidad literaria, pérdida de autoridad de críticos literarios y editores, importancia del boca a boca virtual en las redes sociales... La conclusión es abierta y deja al “lector” la posibilidad de decidir entre “inquietarse” por este cambio civilizatorio o adoptar el “pragmatismo” y restar importancia a la cuestión.
Pero volvamos al ejemplo de la lectora. No pude evitar, al leerlo, recordar la célebre anécdota que cuenta Platón en el Teeteto sobre Tales de Mileto: una esclava tracia había reído al ver cómo el sabio Tales, ensimismado en sus reflexiones sobre el cosmos, caía en un pozo. Generaciones y generaciones de estudiantes de Filosofía estudiamos esa anécdota como el paradigma de la contraposición entre el pensamiento vulgar y el pensamiento filosófico, entre la vulgar y necia doxa y la sublime episteme. Que esta oposición fuera representada por una figura femenina y otra masculina nos parecía totalmente irrelevante. Ahora, muchas (y algunos) nos hemos vuelto muy suspicaces y nos preguntamos por el subtexto de género de anécdotas y ejemplos que son, aparentemente, fruto del simple azar. Parece que la tecnología cambia pero los viejos estereotipos sexistas gozan de buena salud. Detractores y partidarios de la revolución digital cuestionan todos los rangos pero generalmente no son conscientes de los patriarcales. La próxima vez que lea en el metro sospecharé que el viajero de al lado, aparentemente enfrascado en su periódico deportivo, como suele ser habitual en el señor que lee en el metro, en realidad está reflexionando sobre el mundo, la cultura y sus dramáticas transformaciones actuales.
(*) Antonio Fraguas, “Usted ya no lee ni escribe como antes”, El País, martes 17 de julio de 2012
3.5.12
Era esclava y murió por su libertad
La filosofía ha sostenido que "el Hombre" trasciende la "mera Vida" porque es capaz de luchar por la libertad y morir por ella. Hoy quiero compartir la foto de Tyke, la elefanta que, desesperada por su esclavitud, mató en 1994, en Hawaii, a su entrenador y fue abatida por la policía con 86 disparos. Murió tras una agonía de dos horas.
Una vez, un conocido que trabajaba en un circo me llevó a visitarlo por dentro. Quería que me divirtiera pero sólo logró entristecerme profundamente. Nunca olvidaré la imagen de los elefantes encadenados, moviéndose sin parar en el infame reducto en que se los confinaba de por vida. Más tarde leí que ese movimiento continuo es producto de la ansiedad. ¿Con qué derecho arrebatamos a esos seres su vida para divertir unos minutos la nuestra? Ni la caza ni el circo con animales son actividades éticamente admisibles a esta altura de la Historia. Contribuyamos, en la medida de nuestras posibilidades, a su desaparición.
Observa y recuerda la mirada desesperada de Tyke, la sangre es la verdad de su patética diadema circense.
7.4.12
Mujeres que nos dieron libertad
Un 7 de abril, como hoy, pero de 1889, año de la caída de Nietzsche en la locura, nacía Gabriela Mistral, poeta chilena feminista, pedagoga y diplomática, Premio Nobel de Literatura 1945.
Su imagen está en mi recuerdo profundamente ligada a la de mi madre, gran lectora, que me enseñó aquella poesía suya titulada "Miedo" que decía:
y no baja hasta mi estera;
en el alero hace el nido
y mis manos no la peinan
Yo no quiero que a mi niña
golondrina me la vuelvan" (...)
Y, sin embargo, mi madre me brindó su energía, su inteligencia y su amor para que un día yo pudiera volar en libertad. ¡Mi profundo agradecimiento a las dos y a tantas otras! Las llevo en el corazón. Recordemos siempre a las queridas aliadas que nos precedieron. Son nuestra historia y nuestra fuerza.
2.1.12
Ecofeminismo para otro mundo posible
De la Introducción de este libro:
"Según el mito griego, el rey Minos de Creta, tras vencer a la ciudad de Atenas en una guerra, le impuso la obligación de entregar periódicamente catorce jóvenes de ambos sexos para alimentar al Minotauro, hijo monstruoso de los amores de su esposa con un toro. Las víctimas encontraban la muerte en un laberinto donde el rey había encerrado a ese extraño y salvaje ser. Después de años de acatamiento ateniense, el joven Teseo decidió arriesgarse para liberar a sus compatriotas de tan horrible tributo. Se ofreció voluntario para integrar el grupo de jóvenes elegidos para el sacrificio. Cuando llegó a Creta, Ariadna, hija del rey, quedó impresionada por su valentía y, sin que nadie lo advirtiera, le entregó un ovillo para que pudiera guiarse con el hilo en el laberinto, matar al Minotauro y retornar victorioso. De esta manera, la criatura híbrida, mitad toro, mitad hombre, fue vencida. Teseo obtuvo el triunfo gracias a la secreta colaboración de Ariadna.
Los mitos antiguos han sido interpretados una y otra vez a la luz de cada época histórica. Quizás sea un buen momento para reinterpretar éste: ¿podemos imaginar una nueva Ariadna que descubre que el monstruo encerrado no es un ser abominable y lo libera con su hilo? La nueva Ariadna ya no se queda esperando que actúe el héroe. No se limita a colaborar discretamente en un segundo plano. Ella también es protagonista del cambio. Entra en el laberinto del mundo junto con Teseo para transformar la cultura en los tiempos del cambio climático.
La nueva Ariadna es hija del feminismo y de la ecología. Descubre en las criaturas no humanas un parentesco que ha sido negado, contra toda evidencia, durante siglos. La Naturaleza no le produce pavor, sino simpatía. Ya no admira al que mata al “Otro”. Quiere liberar al “monstruo”. Está decidida a transformar la cultura y alcanzar la justicia social, ambiental y ecológica.
Feminismo y ecologismo son indispensables para el siglo XXI. Este libro es el resultado de mi reflexión de los últimos años sobre sus puntos de contacto. El desarrollo de un diálogo entre ambos es todavía una asignatura pendiente en los países de cultura latina."
Para seguir leyendo más fragmentos de la introducción de este libro, hacer click aquí