25.11.22

Violencia contra las mujeres y negación de la individualidad y la autonomía

   

Celia Amorós ha definido el feminismo como el particular momento de autoconciencia en el que las mujeres deciden autoconstruirse, accediendo a la individuación y a la autonomía. Kant proclamó el sapere aude  (atrévete a pensar y actuar sin tutores) como la entrada en la mayoría de edad propia de la Ilustración pero la reservó para los varones (1). Al hacer nuestro este principio de autonomía, las mujeres hemos salido del mundo de "las idénticas" buscando el estatus de individuo propio del ámbito de "los iguales" (2). 

    La falta de un reconocimiento pleno de la individualidad funciona en perversa relación de retroalimentación como causa y efecto de numerosos aspectos negativos de la situación actual de las mujeres. Estos aspectos incluyen, entre otros, tanto el techo de cristal (desestimar y desaprovechar la excelencia profesional por atender al estatus de género) como las diversas formas de violencia contra las mujeres. Incluso en las sociedades del Norte global, el déficit de reconocimiento de la individualidad y de la autonomía de las mujeres es la clave explicativa de numerosos asesinatos, violaciones, amenazas y agresiones. Estas violencias son multicausales y se dan en contextos sociales patriarcales caracterizados por la desigualdad entre varones y mujeres (3). 

    La cosificación es el primer paso hacia la dominación, la explotación y la violencia extrema. Viendo esta correlación en sentido inverso, puede decirse que cuando existen intensos procesos de explotación y dominación, se ponen en marcha mecanismos legitimantes de cosificación (4).  Nos queda mucho camino por recorrer para que la violencia patriarcal sea un mero recuerdo de épocas pasadas; así es que debemos desear: ¡larga vida al feminismo!



La imagen corresponde a una de las ilustraciones de la artista Verónica Perales para el libro Ser feministas. Pensamiento y acción (Colección Feminismos, Cátedra, Madrid, 2020)

1. Roldán, Concha "El reino de los fines y su gineceo: las limitaciones del universalismo kantiano a la luz de sus concepciones antropológicas", en Aramayo, Roberto, Muguerza, Javier, Valdecantos, Antonio (compiladores), El individuo y la historia. Antinomias de la herencia moderna, ed. Paidós, Barcelona, 1995. 

2. Amorós,  Cèlia. "Espacio de los iguales, espacio de las idénticas. Notas sobre poder y principio de individuación". en Arbor nº 503-4 (1987), pp.113-127.

3. Bosh, Esperanza, Ferrer, Victoria, "Violencia contra las mujeres", en Puleo, Alicia, Ser feministas. Pensamiento y acción, Colección Feminismos, Cátedra, Madrid, 2020, pp. 257-260.

3. Puleo, Alicia, “Ese oscuro objeto del deseo: cuerpo y violencia”, Investigaciones feministas, vol. 6 (2015), pp. 122-138. Puede consultarse online.

 

 

9.1.22

Simone de Beauvoir, pensadora de nuestra libertad

 


El 9 de enero de 1908 nacía Simone de Beauvoir, una maestra del feminismo. Según el existencialismo, corriente filosófica a la que pertenecía, cada ser humano se va definiendo a través de lo que va eligiendo en su vida. Esto significa que con nuestras grandes y pequeñas decisiones, en cada momento, vamos decidiendo quiénes seremos, cómo seremos. En su obra "El segundo sexo" de 1949, la filósofa sostiene que ese proyecto – que es el ser humano – en el caso de las mujeres, está truncado porque para poder hacerme proyecto, para ser mi propio proyecto, me tienen que dar un ámbito de posibilidades de elección. Si no se me concede más que una posibilidad, no hay elección, no hay libertad. Por lo tanto, Simone de Beauvoir rechazará la definición de “la mujer” vigente en la Europa de 1949: la de un ser con un único destino, el de esposa y madre; y reivindica la salida de las mujeres del cerrado ámbito doméstico hacia el mundo público que le estaba vedado, el de la creación cultural, del trabajo asalariado, de la política...
No fue la primera pensadora en reivindicar la igualdad para las mujeres pero parte de una larga tradición que se remonta al siglo XVII y la desarrolla de manera magistral. Su influencia en el mundo contemporáneo ha sido enorme. Podemos disentir en algunos de sus planteamientos pero debemos agradecer infinitamente su legado porque todas y todos vivimos de alguna manera en él. Reconocer su obra es trazar nuestra genealogía de la libertad.