14.1.08

En el centenario del nacimiento de la filósofa Simone de Beauvoir

En el feminismo existencialista de Simone de Beauvoir, el ser humano no es una esencia fija, sino "existencia", es decir "proyecto", "trascendencia", "autonomía", "libertad". Por lo tanto, escamotear a un individuo las posibilidades de proyectar su vida según lo entienda por el hecho de pertenecer al "segundo sexo", al sexo femenino, es dominación, es injusticia.
Esta idea fundamental de El Segundo Sexo es hoy asumida por millones de personas que no han leído esta obra ni han oído hablar de ella. Sus principios han sido incorporados a las políticas de igualdad europeas y han dado lugar a los estudios feministas, de las mujeres y de género de centros universitarios de vanguardia.

En 1949, esta pensadora francesa era una voz solitaria porque el movimiento sufragista había desaparecido tras conseguir su principal reivindicación: el voto femenino. En los años sesenta y setenta, aparece la segunda ola del feminismo con líderes como Betty Friedan o Kate Millett, que reconocieron ser "hijas de Beauvoir". El Segundo Sexo les había iniciado en un particular análisis crítico del mundo que las rodeaba. A partir de esta obra, desarrollaron un pensamiento propio y una praxis específica orientada hacia la participación en el ámbito público (trabajo asalariado, economía, derecho, ciencia, arte...). La famosa frase de Beauvoir "No se nace mujer, se llega a serlo" constituyó un punto de referencia esencial para pensar el "Eterno Femenino" con criterios constructivistas.
Hubiera deseado expresar mi agradecimiento a quien fundamentó filosóficamente nuestra libertad, la de todas nosotras, enviándole una carta, como lo hicieron tantas mujeres de todo el mundo hasta su muerte en 1986. Sirvan estas líneas de compensación por ese mensaje que no le envié.

Para leer este texto sobre el pensamiento de Simone de Beauvoir en su versión completa:


http://www.mujeresenred.net/article.php3?id_article=1274