El paso del Art Nouveau al llamado Art Déco puede describirse como el progresivo abandono de las líneas curvas y la inspiración orgánica de los motivos (flores, hojas...) del primero (véase como ejemplo la obra de Mucha).
En su lugar, se preferirán las líneas rectas y las figuras geométricas.
No en vano el Art Déco estará vinculado al cubismo. Como señala Herbert Read en su Filosofía del arte moderno, refiriéndose en general a la historia del arte: “El pasaje de uno a otro estilo, del realismo a la abstracción o de la abstracción al realismo, no va acompañado por ninguna revolución psicológica profunda. Se trata simplemente de un cambio de dirección, de destinatario. Lo constante es el deseo de crear una realidad, la voluntad de forma. En un extremo, esa voluntad se expresa en la creación de nuevas formas, de lo que podría llamarse forma libre, mientras no supongamos que libertad significa falta de disciplina estética; en el extremo opuesto, la voluntad de forma se expresa en una afirmación selectiva de algún aspecto del mundo orgánico".
Tanto el Art Nouveau (también llamado, según los países, Liberty, Floreale, modernismo, modernisme, etc.) como el Art Déco fueron creaciones estéticas adaptadas al mercado y a la fabricación industrial y ambos están marcados por las relaciones de poder de clase, sexo y raza. La inspiración del Art Déco en el arte africano no fue ajena a la realidad imperial de las potencias europeas, como lo prueba la Exposición Colonial de 1931 en París, punto culminante de esta corriente artística, una exposición en la que el público acudió a ver no sólo las reproducciones arquitectónicas exóticas y los productos artesanales, sino también un “zoo humano” (village nègre). Como parte del espectáculo se mostraba a africanos reales trabajando en la producción de los objetos que eran importados por Francia. Concebida en el espíritu paternalista colonial, esta presentación funcionaba como una prueba de los beneficios del colonialismo para los pueblos sojuzgados: el Otro era puesto en el camino de la civilización por los colonos. Los artistas, en cambio, podían centrarse, sin mayor inconveniente, en la fascinación por la potencia natural de ese Otro mistificado.
En cuanto a la imagen femenina, puede apuntarse a favor del Art Déco que liberó a las mujeres del corsé, lo cual no es poco. Paul Poiret, Jean Patou, Coco Chanel diseñaron modelos de líneas rectas y sencillas adaptados a un nuevo tipo de mujer que había conquistado el voto y estaba dispuesta a participar de la vida cultural y deportiva.
Esta mujer es representada por el arte con líneas depuradas que corresponden a un nuevo modelo de belleza alta y delgada, a menudo con el característico corte de pelo à la garçonne. Las llamativas curvas de las mujeres del Art Nouveau quedan atrás, ahora los cuerpos son deportivos y las ropas de corte recto. Los motivos orgánicos del Art Nouveau habían sido una respuesta reactiva a las reivindicaciones de libertad e igualdad sufragistas: una forma de decir en clave estética que las mujeres eran más naturales que los varones y que, por lo tanto, no correspondía integrarlas en pie de igualdad sino venerarlas y elogiarlas. El Art Déco llega después, cuando los antiguos roles son contestados y es necesaria una figura de recambio. Expresa, por lo tanto, no sólo un nuevo gusto estético sino también la existencia de una nueva destinataria y de una etapa distinta en las normas de género de las sociedades occidentales modernas.
Datos útiles: La exposición El gusto moderno Art Déco en París 1910-1935 puede visitarse en la Fundación Juan March (c/ Castelló, 77. Metro: Núñez de Balboa L5-L9). Horario: Lunes a sábado de 11:00 a 20:00. Domingos y festivos de 10:00 a 14:00
Entrada gratuita. Visitas guiadas gratuitas. Martes y jueves: 11:00; 12:00 y 13:00 h.
Miércoles y viernes: 17:00; 18:00 y 19:00 h. Los grupos se forman por orden de llegada.
Las visitas para centros educativos deben reservarse en el teléfono 91 435 42 40
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