
Siguiendo el consejo que una amiga publicó en las redes sociales, he visto
Flow. Un mundo que salvar. ¡Qué Oscar 2025 tan merecido el de esta película de animación independiente realizada con software libre! ¡Tan lejos de las masificadas, estrepitosas e infantilizantes producciones habituales en este género cinematográfico! Reaparecen una y otra vez sus imágenes en mi mente. No hay ni una palabra humana en este film animalista y ecologista que reflexiona sobre la fragilidad de la vida en la Tierra, la compasión y la ayuda mutua. No es necesaria la palabra porque las expresiones faciales y los movimientos de los cuerpos han sido captados y reflejados con tal maestría y realismo que lo dicen todo. Porque, como bien argumenta la pensadora holandesa Eva Meijer en su libro
Animales habladores. Conversaciones privadas entre seres vivos (Taurus, 2022), regalo de otra buena amiga, los animales no humanos también se comunican en su lenguaje. Os dejo
aquí
un trailer que, a mi juicio, al introducir un ritmo acelerado, no llega en absoluto a mostrar la increíble belleza y
originalidad de esta película del letón Gints Zilbalodis. Os animo a
descubrirlas viendo la película entera y, si es posible, mejor en pantalla
grande.
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