25.10.09

La cenicienta que no quería comer perdices



Cenicienta por Gustave Doré (1867)

Las narraciones que divierten nuestra infancia son formas de construcción de la subjetividad. Por ello, han merecido más de un estudio interpretativo. Por ejemplo, fue mundialmente famoso el análisis psicoanalítico de los cuentos de hadas de Bruno Bettelheim (1976). Bettelheim veía en ellos un excelente medio para iniciarse, en la infancia, en el control de los temores y los deseos inconscientes. Como freudiano ortodoxo que era, dejaba de lado cualquier interpretación histórica y no veía ningún aspecto negativo en los estereotipos de masculinidad y feminidad tradicionales (un apunte significativo: su hipótesis psicologizante sobre el autismo culpaba a las madres de un trastorno que posteriormente la comunidad científica descubrió que era de origen biológico).
Más recientemente, la aproximación desde el enfoque de género nos mostró que contenían mensajes que, por lo general, no han sido favorables a las mujeres. Mientras que suelen enseñar el valor y la iniciativa a los chicos, predican la resignación y la pasividad a las chicas. Ser bellas y esperar al príncipe soñado parecen ser las claves del éxito.
Ahora bien, ¿cómo pasar del análisis crítico a la ficción conservando toda la frescura que seduce en una narración? Este el secreto de La cenicienta que no quería comer perdices de Nunila López Salamero y Myriam Cameros Sierra. Originariamente escrito para adultas en un programa contra la violencia de género, creo, sin embargo, que puede ser un hermoso relato para niñas y niños que reciben una educación en la libertad, la autoestima, la igualdad y la sensibilidad hacia los demás seres vivos. Es breve, os animo a descubrirlo.
Aquí podéis ver el cuento en su primera versión, eso sí, con algún error ortográfico que supongo ya habrán subsanado en la segunda edición que acaba de ser publicada como libro y con prólogo de Maruja Torres. La versión radiofónica que han realizado en Ecuador la encuentras aquí.
Mi enhorabuena a las autoras por el regalo que nos han hecho a tod@s con su originalidad y su alegría.

4 comentarios:

marisa dijo...

Hola Alicia;
Gracias por darme una idea de lo que puedo regalarlas a mis amig@s que ya han tenido hij@s o están a punto de tenerl@s, o simplemente a aquell@s con los que tantas veces hablo de lo que he descubierto desde que descubrí la percepción del género desde "las gafas de la justicia", y que a pesar de los años que hace que me conocen aun me miran raro cuando empiezo con "mis cosas"; en fín, creo que será una forma buena de seguir "dándosela".Ja,ja,ja,ja.....
El cuento ya lo conocía gracias a su difusión por la Red a través del correo Web, pero ha sido una grata sorpresa para mí, que no tan sorprendente como grato, el hecho de que Maruja Torres le ponga el prologo al libro.

Un saludo positivo para tí,Alicia, y para tod@s l@s que leeis este blog.

Marisa.

bitxo dijo...

Hola Alicia
Soy Myriam Cameros..la dibujanta de la ceni, enredando por la red he llegado hasta aqui, y me ha enkantado tu post hablando de nosotras.
Me ha gustado tanto que me gustaria
contar contigo por si algun dia, te apetece colgarlo en nuestro blog.
Si te apetece ponme un comentario
en mi blog
myriamcameros.blogspot.com
saludikos
myriam

Marisa dijo...

Hola!
A pesar de que sigo blogs regularmente, es la primera vez que participo en éste, porque el tema me interesa especialmente... Conocí el libro a través de la web http://www.lacenicientaquenoqueriacomerperdices.com (qué largo!!) y me lo compré aquella misma tarde. Fue una de las mejores sorpresas que me he llevado en una librería. Es, sencillamente, genial. Da alegría interior y por eso me gustaría sumarme a la recomendación. Saludos

Esther Camuñas dijo...

Hola Alicia,
gracias por recordar a quienes te leemos el papel que en muchas esferas sigue ocupando la mujer y cómo lecturas, dibujos, cuentos, publicidad sirven de ejemplo a la lucha por una educación menos sexista o simplemente para recordarnos que somos consumidores indiscriminados de información y tendencias aún machistas. GRACIAS por aportarnos tus reflexiones e investigaciones, gracias por compartirlas. Un abrazo, Esther