Verano, vacaciones en el hemisferio norte. En un momento u otro queremos “desconectar” y “cargar las pilas”, lo cual incluye para mucha gente dedicar más tiempo a la ficción literaria. De ahí que proliferen los artículos sobre lectura y “lector” en periódicos y revistas culturales. La sufrida lectora ha de conformarse con el sustantivo masculino que _ dicen_ representa a todo el mundo. Sin embargo, cabe la duda, sobre todo cuando en uno de esos artículos, de dos páginas completas de periódico, y dirigido a “Usted”, “el lector” o “escritor”, sólo aparece la lectora en una frase cuyo tono suena despectivo. Refiriéndose a los cambios históricos en la manera de leer, el articulista afirma: “Las cosas cambiaron: los soportes para la escritura (arcilla, huesos, papiro, pergamino...); el tipo de lector (desde los sumos sacerdotes a esa señora del metro) y también los escritores... El cambio llevó siglos, pero ahora, en el breve espacio de una vida humana, la de usted, todo vuelve a cambiar.” (*) A partir de ahí, el artículo se dedica a exponer la transformación de los hábitos de lectura inducidos por la revolución digital y sus consecuencias inexorables en la creación literaria: predominio de novelas de consumo que cuentan historias sin calidad literaria, pérdida de autoridad de críticos literarios y editores, importancia del boca a boca virtual en las redes sociales... La conclusión es abierta y deja al “lector” la posibilidad de decidir entre “inquietarse” por este cambio civilizatorio o adoptar el “pragmatismo” y restar importancia a la cuestión.
Pero volvamos al ejemplo de la lectora. No pude evitar, al leerlo, recordar la célebre anécdota que cuenta Platón en el Teeteto sobre Tales de Mileto: una esclava tracia había reído al ver cómo el sabio Tales, ensimismado en sus reflexiones sobre el cosmos, caía en un pozo. Generaciones y generaciones de estudiantes de Filosofía estudiamos esa anécdota como el paradigma de la contraposición entre el pensamiento vulgar y el pensamiento filosófico, entre la vulgar y necia doxa y la sublime episteme. Que esta oposición fuera representada por una figura femenina y otra masculina nos parecía totalmente irrelevante. Ahora, muchas (y algunos) nos hemos vuelto muy suspicaces y nos preguntamos por el subtexto de género de anécdotas y ejemplos que son, aparentemente, fruto del simple azar. Parece que la tecnología cambia pero los viejos estereotipos sexistas gozan de buena salud. Detractores y partidarios de la revolución digital cuestionan todos los rangos pero generalmente no son conscientes de los patriarcales. La próxima vez que lea en el metro sospecharé que el viajero de al lado, aparentemente enfrascado en su periódico deportivo, como suele ser habitual en el señor que lee en el metro, en realidad está reflexionando sobre el mundo, la cultura y sus dramáticas transformaciones actuales.
(*) Antonio Fraguas, “Usted ya no lee ni escribe como antes”, El País, martes 17 de julio de 2012
8 comentarios:
Eso que cualquier estadística muestra que las mujeres somos mas lectoras que ellos o sea que entre la gente que lee el mayor porcentaje con diferencia se da en el sexo femenino
Lo malo, es que a un gran colectiv@ de mujeres lo de lector neutro universal, ja! les parece perfecto.
Gracias por la excelente reflexión.
Gracias a vosotras. Ojalá hubiera un verdadero universal de género. Pero estos lapsus muestran que por ahora, al menos, no lo hay.
Estimadas señoras:
Soy una niña de doce años y me pregunto, que necesidad hay de llevar al extremo la interpretación del género y si, tal actitud, ha logrado reforzar la tarea de eliminar la discrimianción. Creo que ustedes han confundido el mal uso del lenguaje (que puede ser injusto como decir médico a la médica, o decir zorro para un hombre astuto y zorra a una prostituta, o hablar de la historia del hombre que sí es un sustantivo claramente masculino) con las normas gramaticales. El género en gramática es un accidente o morfema que no está invariablemente ligado al sexo, de lo contrario, no existirían sustantivos femeninos que engloban a los dos sexos, como: "persona" o masculinos como "ser". Ni sustantivos femeninos como pantera, hiena, águila. A mí me oarece que pos usar eufemismos como "violencia de género" en vez de violencia machista, se ha cargado la mayor responsabilidad del problema de la discriminación en la gramática que no tiene otra finalidad que homogeneizar, dar coherencia y sintetizar un idioma. Creo que nada adelantamos con esto, mi padre no se inmuta si lo incluyo en el sustantivo femenino "personas", ni mi madre se enfada por que la llame "ser humano". No es posible leer (fonéticamte)esa arroba que se inventaron para incluir a los dos sexos. La lectura en voz alta es importante ¿cómo leo la @ o os/as?
Vivimos la igualdad plena en nuestra casa, hemos aprendido, mi hermana y yo, desde muy pequeñas a venerar a Hypatia de Alejandría y a todas las mujeres que han luchado a lo largo de la Historia para no ser invisibles, pero de ahí a destrozar no sólo la belleza del idioma sino su claridad, media un abismo. He intentado aplicar esta nueva costumbre a cualquier texto literario y el resultado es inintelegible. Y si uso un mensaje más común: "los niños y las niñas españoles (vaya, al final hacen concordar los dos con un sustantivo masculino "españoles", son inquietos e inquietas, aficionados y aficionadas a las nuevas tecnologías".
Sinceramente y con todos mis respetos, mi idea de la lucha no tiene nada que ver con retorcer la gramática. Si se educa al hablante se evitarán usos indebidos, mientras exista el machismo, los escolares (¿y escolaras?) seguirán diciendo zorras al referirse a algunas chicas.
A cuento de qué, pululan todos y todas, el nosotros y nosotras, llenando los escritos de una confusión que marea. Si digo "todos los seres humanos", nadie protesta, y en realidad, no es neutro, son Incluso con todas estas confusiones, el destrozar la claridad de los textos sirviera realmente para que se acabe la discriminación en todo el mundo, habría valido la pena, aunque nos quedarámos con un idioma absurdo, pero la realidad es otra. Además, no me gusta centrarme en una sola lucha, deso fijarme en el mundo como un todo: naturaleza, niños marginados, mujeres, sistemas políticos más justos e igualitarios, que no existan lenguas nativas que desaparezcan, ni idiomas predominantes como el inglés, etc.
Gracias por leer este escrito tan largo. A veces los niños tenemos cosas que decir. La gramática )no el lenguaje de uso común) no ha creado la desigualdad ni es su reflejo, el lenguaje sí puede ser un reflejo de la sociedad machista porque depende del hablante y de su forma de pensar y sentir la vida. Yo lo veo así y eso me impide seguir defendiendo mis derechos. Porque si llevamos la igualdad a ultranza tendríamos que decir: "persona y persono", "ser y sero", "águila y águilo", mayor y mayora, etc. La gramática era asexuada, pero los mayores con esta moda, la están volviendo sexuada a la fuerza.
Un abrazo fuerte y mi admiración por quienes luchan por devolver la dignidad a millones de seres humanos.
María Elena Vilar.
Estimada María Elena,
Creo que fue tu admirada Hipatia la que dijo que había que reservarse el derecho a pensar, incluso a pensar erróneamente, ya que incluso pensar equivocadamente es mejor que no pensar. Valoro mucho, pues, tus reflexiones que quizás el tiempo te lleve a profundizar (lo de "persona" y "persono" es una reducción al ridículo de posiciones fundamentadas por teorías que tendrías que tener la paciencia de estudiar). Te veo muy motivada y pienso, por ello, que le podrías dedicar mucho tiempo.
Un abrazo
María Elena yo era antes de las tuyas y pensaba, inocente de mi, que las normas de la lengua eran objetivas y que hablar y escribir correctamente era lo que había que hacer. Eso hasta que tras darme de cabezazos fui consciente del origen de las gramáticas y de las normas ortográficas y por qué se decidió que el genérico masculino era más elegante. Nada hay neutro, la lengua que es lo más humano que tenemos es el instrumento con el que pensamos y su uso refleja mucho mejor que ninguna otra cosa la situación de las personas en el mundo. Cuando decimos de alguien algo solamente caben dos opciones: o hablamos como pensamos o si pensando una cosa la hablamos de una forma diferente por respetar unas reglas "pactadas" entre "caballeros" tal vez acabemos pensando como hablamos y omitamos en nuestro pensamiento a quienes no incluimos entre nuestras palabra. De todas formas, es un buen camino que tengas opinión propia al respecto y lo que me llama la atención es que escribas como lo haces con tan solo doce años. Un saludo. Mª Nieves Serrano.
Alicia, no conocía tu blog. Acabo de descubrirlo hoy. Tengo sobre mi mesita "El reto de la igualdad de género" y mira por dónde me encuentro con tu blog. Yo también tengo uno y además tengo "el vicio" de leer en la sangre desde que mi padre me enseñó a hacerlo con tres años. En mi blog tengo también un apartado de libros recomendados. Por si queréis echarle un vistazo: http://marinieves.blogspot.com.es/search/label/Libros%20recomendados
Enhorabuena maria elena, que bien redactas! cuando leas un poco más osbre feminismo, que tiene nada menos que 300 años de historia, comprenderás mucho mucho mejor todo lo que razonas, en mi opinión, falto de rigor. pero sigue, seguro que con el tiempo seras una de las nuestras
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