En el mes de agosto, se estrenó una película que os recomiendo vivamente. Se trata de El viaje de Nisha, de la directora noruego-pakistaní Iram Haq. Narra una historia de inspiración autobiográfica de la propia directora que nos muestra las dificultades de una joven de familia de inmigrantes pakistaníes en Noruega. Dividida entre el amor a sus padres, el respeto a las normas patriarcales tradicionales y el atractivo de la vida de los adolescentes occidentales, Nisha vive un auténtico viaje iniciático a la libertad. Sin truculencias, con buen ritmo, sin maniqueísmos, con finura en el trazado de la psicología de los personajes, esta película reconcilia con el cine, con ese buen cine que es tan poco frecuente en la actualidad.
Al verla, recordé un film de otra directora, la colombiano-estadounidense Patricia Cardoso _Las mujeres de verdad tienen curvas_ que trataba una problemática similar de la inmigración latina en EEUU. Y, como en ese caso, me sorprendió que la figura de la madre mostrara tan poca solidaridad con la hija. No pude dejar de preguntarme: ¿En la realidad, estadísticamente, se comportan así las madres? ¿Son mayoritariamente los padres quienes comprenden mejor a sus hijas en tales contextos? ¿O estamos ante una ilusión androcéntrica que tiende a ignorar la genealogía y solidaridad femeninas?
En todo caso, vale la pena ver El viaje de Nisha. ¡No os arrepentiréis!
2 comentarios:
muchas gracias. La iré a ver. a.j.
Espero que la hayas disfrutado
Publicar un comentario