1.11.06

La cara oculta de la moda femenina

Algunas veces el cine nos da auténticas sorpresas. Hace un tiempo, una comedia con un título que no auguraba demasiadas originalidades (Las mujeres de verdad tienen curvas) conseguía, en una historia sencilla de liberación personal, poner en evidencia el carácter misógino y racista de los modelos imperantes de belleza. Nos mostraba a una joven latina en EE.UU. Sus generosas formas no cabían en los vestidos que cosía, para otras, en un taller de horarios interminables. Se expresaba, así, en un lenguaje visual y narrativo algo denunciado tempranamente por el feminismo y recogido por numerosas publicaciones desde la teoría crítica de género: los estereotipos de belleza femenina imponen una auténtica tiranía y un penoso calvario a numerosas mujeres que no corresponden al patrón fijado por los modistos. No parece una casualidad que se tratara de la obra de una directora (Patricia Cardoso). Ironía de un mercado que digiere cualquier disidencia: la página web en la que actualmente se comenta este film publicita inyecciones para aumentar el volumen de los senos.
Una de las causas de la anorexia reside en la falsa disyuntiva a la que se sienten enfrentadas muchas jóvenes: adoptar un estilo “sexy” despersonalizado que exagera los atributos sexuales secundarios (induciendo incluso a intervenciones agresivas como los implantes de silicona) o presentarse como espiritualidad andrógina cuyo paradigma secreto no es, en realidad, una mujer sana y delgada, sino un varón púber.
Al advertir, aunque sea de manera confusa, el carácter sexista, peyorativo y caricaturesco de ciertas imágenes y comentarios sobre los atributos corporales femeninos, en su deseo de afirmar su identidad como personas y no como simples objetos sexuales, algunas chicas buscan ansiosamente que el espejo les devuelva una imagen supuestamente desexualizada sin advertir que es otra cara de la devaluación social: la negación del cuerpo de las mujeres.
Es evidente que nuestros prototipos de belleza varían históricamente y que las Tres Gracias de Rubens hoy deberían someterse a un ayuno estricto por consejo no sólo de la moda sino de la propia Medicina Dietética. Hoy sabemos que el exceso de peso tiene sus inconvenientes para la salud humana. Pero cuando sólo se trata de adaptarse a las fantasías narcisistas de algunos diseñadores, cuando las tallas y los cortes de la ropa imponen un cuerpo sin desarrollar, negado en sus formas propias, podemos afirmar que se le está robando la energía vital a las mujeres. Las dietas debilitantes erosionan la fuerza que se necesita para estudiar, trabajar, crear, tomar decisiones, divertirse, razonar, sentir y vivir en plenitud.
La cuestión de fondo de la pasarela Cibeles sólo puede ser comprendida si se parte de la convicción filosófica y de la evidencia sociológica de que los cuerpos humanos y sus conciencias se hallan en una estrecha relación. En su libro Sexe, Race et pratique du pouvoir, la especialista francesa en racismo y sexismo Colette Guillaumin ha estudiado con agudeza la influencia de las marcas corporales en la constitución de la conciencia de los individuos y en sus relaciones sociales. No deja de ser sorprendente que, aunque una parte cada vez más importante del colectivo femenino occidental se incorpore al trabajo asalariado, los imperativos de la moda sigan exigiendo una exagerada dedicación a la apariencia personal que se agrega a la ya injusta doble jornada de trabajo (hogar y empleo) de la superwoman.
No es la primera vez en la historia que el cuerpo femenino se ve sometido a exigencias contrarias a sus formas naturales. Entre los numerosos antecesores de la talla 36, se puede citar el corsé decimonónico o la reducción de los pies de las niñas en la tradición china. Son formas distintas de una misma visión de la mujer como elemento decorativo de movilidad reducida. Su función (no necesariamente consciente para sus impulsores) consiste en impedir o dificultar la participación activa de las mujeres en el prestigioso ámbito de lo público (de la producción asalariada, la actividad cultural, política, etc.).
No estoy proponiendo que nos despreocupemos totalmente de nuestro aspecto. Creo que tanto hombres como mujeres, por deseo de ser aceptados, por cortesía hacia los demás y por propia satisfacción, nos sentimos concernidos por nuestra apariencia. Todo el mundo ama la belleza. No se trata de rechazarla pero sí de redefinirla de acuerdo a parámetros despojados de misoginia, más cercanos a la realidad y menos dualistas. Las mujeres no somos mera carne ni tampoco sombras desencarnadas. Los diseñadores de la moda deben comprender que hemos adquirido el rango de sujetos activos en una sociedad cada vez más favorable a la igualdad de oportunidades. Sus propuestas deben ofrecer posibilidades más diversificadas. Su asignatura pendiente consiste en apostar por el atractivo de las mujeres reales en su gran variedad de edades y tipos humanos. No se trata de un asunto menor. En lo que he llamado "patriarcado del consentimiento",  la producción de deseos ha reemplazado a la coerción en la manipulación de los individuos, los modelos de belleza impuestos por los media son formas de poder que inciden en la vida de innumerables mujeres. Por ello, es ineludible la pregunta por el subtexto de género de la moda. Y cuando sus imperativos se vuelven tiránicos, recordar que la autoafirmación pasa por conectar con nuestro cuerpo como fuente de energía y sabiduría.

15 comentarios:

Montserrat Boix dijo...

Bravo Alicia!!! gracias por compartir a través de tu blog estas interesantes reflexiones.

es estupendo.
gracias por tu contribución a la blogosfera feminista

montse boix

Anónimo dijo...

soy una mujer latina, sudamericana,y me identifico plenamente con tu artículo, la sociedad nos ha fijado parametros de belleza mutiladores y discriminativos, apoyado por los medios de difusión y estos por los grupo de poder economicos. Yo apuesto por la naturalidad de las formas, por la sensualidad interior, por lo que realmente somos.

Anónimo dijo...

Me parece un artículo brillante.

Para muchos las mujeres somos meros objetos de decoración, algo bonito que lucir...nos quieren delgadas, casi famélicas sin fuerzas para luchar, para correr, para vivir...

Anónimo dijo...

Hola Alicia.

Afortunadamente hay gente que se da cuenta de hay vida más allá de 60-90-60. Tanto hombres como mujeres. Efectivamente es una tirnaía, pero los esclavos tienen el poder de romper sus cadenas (como decía Sartre, si no me equivoco, creo que lo saque de una conferencia de Charo (o de las jornadas)). El caso es que el proceso de romper las cadenas es complicado, y tiene que darse desde un punto de vista interno, y desde mi punto de vista, si la autoestima está apoyada en otras características de la persona.

No estoy en absoluto de acuerdo, ni muchísimo menos, con el modelo, ya que creo que casi casi ninguna mujer se adpta a ese modelo, con lo cual provoca todas esas cosas horribles. También el modelo de mujer sexual es superopresivo... tela marinera... Ya lo hablábamos el año pasado.

La única ventaja que le veo es que mejorar el aspecto físico es algo voluntario. Desde luego por mucho que te esfuerces jamás se llegará a que la gente sea como nosequé modelo o no se que otra modelo. Eso es cierto.
Pero mueve demasiado dinero...

¿Es posible una sociedad en la cual no se valore algo por encima de todo y en la que de verdad se reconozca la perfección de cada persona? Mejor dicho, ¿es posible que la imagen social, que las sombras proyectadas en el fondo de la Caverna sean las de "valoramos a cada cuál por sus virtudes"?

Quizá esto último puede relacionarse, entre otras muchas cosas, con el sueño marxista ¿es posible una sociedad mas humanizada?

Creo que conseguir que la gente se valore por sus virtudes ahora mismo es el sol que nos deslumbra. En nuestra mano está intentar sacar a nuestras compañeras de su ceguera (esperemos que no nos quieran matar..)

Anónimo dijo...

soy una mujer latina y española de padres italianos, muy muy latina y lo mismo pasa en sudamerica que en inglaterra: la moda oprime a las mujeres, somos objetos de la moda y lo sufrimos todas las mujeres del mundo en todas las culturas

Anónimo dijo...

Hola Alicia, somos alumnos/as del instituto Vázquez Díaz de Nerva,estamos en 2º de Bachiller en la clase de Sociología,la cual nos da Rosalía Romero,nuestra tutora y profesora de Filosofía.
Hemos leido tu artículo "la cara oculta de la moda" y respecto a ello debemos darte la enorabuena,nos ha gustado mucho,ya que expone temas que son importantes en la sociedad, así como es la moda y un problema importante relacionado con ella, como es la anorexia,problema dado actualmente,sobre todo, en la juventud. Nos has transmitido unos valores e ideas muy importantes para hacernos llegar la realidad del tema tratado. Un saludo de Raquel García e Irene Ortega.

Anónimo dijo...

Hola Alicia,somos alumnos/as del Instituto Vázquez Díaz de Nerva, estamos en 2º de Bachiller en la clase de Sociología, la cual nos imparte Rosalía Romero, nuestra tutora y profesora de Filosofía. Decirte que tu artículo "La cara oculta de la moda" nos ha gustao mucho, ya que expone unos temas que son interesantes conocerlos para mejorar la sociedad, como son la moda y un problema muy importante, la anorexia, que se da mucho en la juventud, tanto en chicos como en chicas.Esas ideas expuestas nos han hecho reflexionar que todo va más allá de un cuerpo bonito y buena ropa. Temas que trataremos con más detenimiento en Sociología junto a Rosalía. Sin más, un saludo. Raquel García e Irene Ortega.

Anónimo dijo...

Hola, Alicia.
Lo más doloroso de esta cruda realidad es tener que renunciar en ocasiones a personas o a partes de ti misma para poder reconocerte auténticamente.
La falta de amor, la búsqueda del éxito social en todas sus facetas y la tendencia generalizada a una autoestima frágil son terribles ingredientes para dejarnos atrapar por las redes de los cánones sociales.
Ojalá alumnos como los que han participado aquí sean ejemplos de lo que realmente está sucediendo de manera generalizada y ya desde los niveles de la educación obligatoria se nos inculque el orgullo por ser quienes somos, auténticos y únicos.

Gracias por tu generosa sabiduría.

Paula

Anónimo dijo...

Sumamente interesante, pero mas impresionante es tu curriculum! =), aunque pueda parecer mas un tema psicologico que filosofico no sabes de algun libro que hable sobre la tendencia humana autodestructiva, personal o social, indistitamente, grazzie. fcoronelu@hotmail.com

Celia-Concilia2 dijo...

Un artículo muy interesante, con la única radicalidad del sentido común y de la dignidad de las personas. Te felicitamos por él.

Hortensia Hernández dijo...

Gracias Alicia.
Tenemos que reflexionar para conseguir la imagen que queremos mostrar de nosotras mismas.
Como en tantas otras dominaciones el patriarcado ha conseguido que nos miremos con los ojos de nuestros dominadores. Esta tan interiorizada esa respuesta que parece que eligiéramos nosotras llevar tacones, tintes, hacer dietas y poner en riesgo nuestra vida con operaciones quirúrgicas cuando se trata de nuestros particulares burkas .
Me gusta ver a las mujeres centroafricanas luciendo sus vestidos de colores y sus volúmenes, a ella la mutilación se la hacen debajo.
Llevo un año sin teñirme las canas y lo peor es que hasta mis amigas lo achacan a dejadez o desanimo. Quiero que se vean mis otras bellezas pero ni yo las encuentro de lo influida que estoy por la cultura dominante.
Necesitamos proponer un nuevo modelo de mujer a nuestras hijas y es un esfuerzo tremendo frente a un mundo que usa los asesinatos de Méjico como márquetin para vender productos .

Julián dijo...

Muy cierto y muy interesante. Creo que lo importante es lo que se apuntaba por aquí: las esclavas deben romper las cadenas. Porque uno de los mayores problemas es que el éxito de ciertos estereotipos y normas sociales se debe a lo fuertemente interiorizados que están entre muchas mujeres. Es decir, aparecen en muchos comentarios referencias a las imposiciones de "la sociedad", "la moda", "los modistas" (vamos, un "culpable" genérico o bien ajeno)... pero el mayor problema es que muchísimas mujeres apoyan y difunden en la vida cotidiana, incluso con entusiasmo, estos estereotipos.

Dicho esto, como es obvio también tienen mucho peso los intereses comerciales, así como las visiones tradicionales de género que aún mantienen -o mantenemos- muchos varones (los estereotipos, deseos, gustos, etc., no son cosas que cambien con facilidad).

BESOS dijo...

Hola me encanta tu web. Es un canto a las libertades femeninas y una crítica a al maachismo que nos ven como un objeto sexual sin importales los sentimientos que tenemos las mujeres. Sigue asi de bien besoos

Alicia Puleo dijo...

¡Gracias por todos los comentarios y por los "Besos" virtuales que tejen sororidad!

Anónimo dijo...

Me gusta mucho el artículo. Quisiera que mi hija de 11 lo leyera pero me temo que el lenguaje le pueda impedir entenderlo. ¿conoces materiales para esa edad? Gracias. Patxi fguerrig@navarra.es